ZOSMA: El conteo final
- Emilio Toledo M.

- 1 ago
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ZOSMA es, en un nivel, una obra inmersiva para hacer divulgación de los descubrimientos fascinantes de la ciencia, y el asombro natural que provoca el universo, sus leyes, sus inmensas distancias, el misterio del tiempo, los enigmas que siguen siendo descifrados o en espera de serlo.
Pero en otro nivel, ZOSMA es un viaje emocional, a través del montaje y la creación fílmica, la música, el sonido y la gráfica, sobre la pasión, de crear, de descubrir, de ir más allá, pasión que nos eleva y nos desafía constantemente, pero también nos coloca en un proceso de profunda soledad, de vulnerabilidad y del deseo de conectar con otros seres humanos.
Creativamente, me ha devuelto al espacio originario, a la fuente primigenia del cine. Ni siquiera me planteé hacer cine, lo que yo quería era hacer un show con música en vivo sobre ciertos temas al cual pensé que le vendría bien acompañarlo de imágenes a gran escala. Como cineasta, esas imágenes fueron adquiriendo naturalmente una narrativa y un formato más preciso (docuficción), pero la intención era simplemente hacer un gran show para el público. Y ya que lo pensé bien, tenía prácticamente hecho un largometraje fílmico. Incluso la duración la pensé en función del público. Después de producir decenas y decenas de diferentes shows, conciertos, etc., que ha sido uno de mis trabajos los últimos años, te das cuenta que se requiere un mínimo de tiempo para que la gente se vaya satisfecha a su casa, y sienta que valió la pena salir, desplazarse, etc.
Así de pragmáticas han sido muchas decisiones. Por ello es muy curioso que este proceso me haya devuelto al inicio del cine, porque cuando se creó este arte tampoco nadie pensaba en “hacer cine” (eso vino después). Méliès integraba el cine a sus actos escénicos, de ilusionismo y teatro, era una herramienta más, y precisamente fue él quien inventó el cine de ficción. Prácticamente en esas primeras décadas del cine (tradición a la que se adhieren décadas después los cineastas más puros de este oficio; purismo como lo entendía Hitchcock), el cine se pensaba como un espectáculo, no tanto como una obra para ser reproducida posteriormente en diversos formatos. Por ello el formato de la sala de cine, o en nuestro caso, de los escenarios en los que se pueda proyectar ZOSMA, es el formato vivo, con el público, para el cual se diseñó este show. La música en vivo es parte de esta ecuación esencial (otro paralelismo con el cine silente), de esta experiencia inmersiva. La música de ZOSMA con el trabajo de Alejandro Heredia y Rodrigo Campos narra y expresa tanto como o hasta más que las imágenes, y en conjunción con ellas, este viaje cósmico y emocional.
ZOSMA es una experiencia vivencial, presencial, en la que hay que estar ahí, y vivirla, y adentrarse en ella, y compartirla con los artistas que hacen el performance y con el público que atestigua este evento.
Emilio Toledo
Imagen: Cartel Oficial (Producción: Qiü)





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